“Una de las calidades para tener éxito en la vida es la humildad. Siempre debes recordar que, por mucho que triunfas, eres la misma “persona.”
Alexandru George Lazar (36 años) fue nombrado recientemente el cónsul honorario de Rumanía para las Islas Baleares. Abogado, profesor y coordinador de un programa de máster. Lazar tiene una carrera impresionante y una actividad enorme en diversos campos, los cuales le han ayudado a llegar a la actual posición de cónsul honorario. Nacido en Bucarest, en 1984, Alexandru estudió desde que era pequeño el español.
“Empezó en el jardín de infancia”, narra Lazar. Fue alumno del Instituto Miguel de Cervantes en la capital de Rumanía, en una clase con perfil matemáticas-física-informática. Aunque se había preparado mucho para la admisión de la Facultad de Medicina (“tomaba clases particulares de biología, física y química”), la vida le ofreció otras opciones y no se arrepiente ni un momento de sus decisiones tomadas.
Nos confiesa que en la Facultad de Derecho descubrió su verdadera pasión y que disfruta al máximo la profesión por la cual se entrenó tanto. Tiene un master en Derecho Internacional y otro en Comercio Exterior y Relaciones Internacionales. Además, ha ganado varios premios prestigiosos en el ámbito del Derecho, como reconocimiento a su labor profesional.
Lazar vive en Barcelona y es socio dentro del bufete de abogados IntLaw Lawyers and Consultants de España, especializada en el Derecho de los Negocios y el Derecho Internacional. Está al mando del desarrollo de los departamentos de Corporate Compliance y Relaciones con Europa Central y Europa del Este. Al mismo tiempo, Lazar es director académico para el Máster Compliance como parte del Instituto Superior de Derecho y Economía (ISDE) de España.
Asimismo, Lazar es profesor asociado de Derecho en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (pero tiene colaboraciones a este respecto también con otras universidades de España) y miembro de la Academia Real de Legislación y Jurisprudencia de España. La tarea de cónsul honorario de Rumanía para las Islas Baleares le fue asignada este año en septiembre dentro de otros eventos organizados de la Embajada de Rumanía, por el aniversario de 140 años de relaciones diplomáticas entre España y Rumanía.
Divide su tiempo entre la vida profesional y la personal y nos confiesa que, como es una persona curiosa por naturaleza, tiene la ventaja de alegrarse de cualquier cosa y de descubrir constantemente nuevos temas. “A veces soy como un niño: me alegro rápido de algo nuevo y me aburro igual de rápido. Trato de manejar mi tiempo según la teoría de los ocho: ocho horas para la vida profesional, ocho otras para la familia y actividades lúdicas y ocho horas para el descanso. En la medida de lo posible, me organizo según esta teoría. En este modo, puedo ser eficaz profesional, conectado a la vida de familia y, a la misma vez, con energía para cada día. Por supuesto que hay días en las cuales las cosas se mezclan, así que aprendí prestar atención a unas de ellas. Pero me guío constantemente en el principio de la responsabilidad: ¡Si prometiste llevar a cabo algo, hazlo!”, cuenta Alexandru Lazar.
En su visión, tanto los clientes de la vida profesional como la familia, y los amigos merecen ser tratados seriamente y responsablemente, sin importar la actividad realizada juntos. En su frenético día a día también está con su esposa y la niña, además de reunirse con los amigos, pasear e incluso hacer deporte.
“Si alguien me invita a jugar fútbol o tenis, nos vamos y jugamos, aunque no sé mucho ni de fútbol ni de tenis. Pero esto no significa que no me alegro por el placer del juego.”, sonríe el joven cónsul honorario.
Un material realizado y editado por Ioana-Florentina Ganea