Dobrogea – el tesoro hallado donde Europa se acaba

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„¡Dobrogea! Dobrogea! Cuánto he amado a esta extraña niña, hija de un rey Getae y una bailarina tártara, la adoré desde que caminaba descalza por el polvo”. Geo Bogza, escritor rumano (1908-1993).

¿Alguien sabe dónde están las tierras más antiguas de Europa? ¿Y las más nuevas? Bueno, ambas se encuentran en territorio rumano, separadas solo por unos pocos kilómetros, en Dobrogea – pontón más lejano de la Península Balcánica. Esta franja de tierra al lado del Mar Negro se encuentra a no más de 235 kilómetros de Bucarest, es alcanzable por carreteras de buena calidad, directamente desde la Autovía del Sol o saliendo a pie directamente del Aeropuerto Internacional Mihail Kogălniceanu (hallado a 25 kilómetros noroeste de la ciudad de Constanța).

Las montañas más antiguas de Europa, llamadas Măcin, cubren una superficie de 500 km2 y son los restos de la Cadena Herciniana, que en el Paleozoico alcanzaba una altura por encima de la de los Alpes hoy. Su edad supera los 300 millones de años, como lo demuestra la presencia de fósiles que prueban la unidad paleogeográfica con la Cordillera del Himalaya. Sin embargo, la erosión ha mostrado su poder, reduciéndola a altitudes modestas (el pico más alto apenas tiene 467 m). A pesar de su escasa altitud, tienen un aspecto accidentado, debido a las rocas duras de mármol y granito, y al gran desnivel frente al mar que está a su lado. ¡Invitación para los amantes del montañismo extremo!

A pocos kilómetros de las antiguas montañas de Dobrogea va naciendo día por día un nuevo mundo, acumulándose arena de aluvión traída por el Danubio. Es la playa más joven de Europa, que, con su arena fina, da la impresión de tierra del fin del Mundo, olvidada del tiempo. El secreto de su ubicación queda guardado, puesto que pocos son los temerarios que se atreven a buscarla, siendo un lugar accesible solamente por vía navegable, en barco. La tranquilidad de ese lugar encantado rara vez se ve perturbada por las siluetas oscuras, de fantasmagóricos caballos salvajes, más de mil ejemplares que se constituyen en última colonia europea en libertad, aparte de los famosos caballos de Francia, de la zona Camargue. El silencio reina tanto sobre las montañas como sobre las aguas que dan a Dobrogea su carácter exótico de estepa casi inexplorada. En resumen: Europa encuentra aquí su origen y su futuro, al mismo tiempo.

Una de las civilizaciones más antiguas del mundo existió en el actual territorio de Dobrogea. Aunque las opiniones de los especialistas divergen, aquí se han encontrado objetos hechos por humanos desde el Neolítico (famosa es, por ejemplo, la estatua „El Pensador de Hamangia”). Hoy conviven aquí rumanos, turcos, tártaros, arrumanos, búlgaros, macedonios, alemanes, rusos (llamados “lipovanos”), gitanos (romaníes), italianos, griegos, judíos y muchas otras nacionalidades. ¡Un gran mosaico cultural, a la frontera entre Oriente y Occidente! Cabe mencionar que el alfabeto se imprime en Rumanía en no menos de 11 idiomas, ¡ gracias, sobre todo, a los habitantes de Dobrogea! Con una tradición tan activa en la migración, Dobrogea es un modelo vivo de coexistencia pacífica multireligiosa y multicultural. La alma ardiente y abierta de los lugareños convence y subyuga.

La región cubre una superficie de 23.000 km² y tiene una población de aproximadamente 1,3 millones de habitantes (dos tercios en Rumanía y un tercio en Bulgaria). Hasta 1878 formó parte del Imperio Otomano, lo que explica, entre otras cosas, la densidad máxima de mezquitas de toda Rumanía. Un detalle extraño en un país tan ortodoxo, cristiano por definición, pero tolerante.

Situada en el cruce de dos carreteras que conectan el Mar del Norte con el Mar Negro, pero también Europa Central con los puertos del Mediterráneo y las estepas pónticas, Dobrogea ha sido cruzada y colonizada desde los más remotos tiempos, a partir de la época de los persas y romanos. Marcando el final de la Via Pontica del Imperio Romano, la región se llamaba en la antigüedad Scythia Menor (componente de la provincia Moesia Inferior). El imponente monumento de Tropaeum Traiani que se puede visitar en la localidad de Adamclisi, es un testimonio de la victoria romana sobre los habitantes geto-dacios (109 d. C.).

Las ruinas de los campamentos romanos y los puertos griegos al Mar Negro completan el cuadro de esta región de gran importancia económica y estratégica (incluso para la OTAN, que tiene su base al Mar Negro aquí). Anteriormente apodado el „Granero de Europa”, debido a sus suelos cubiertos de una capa muy fértil de tierra de loes, Dobrogea está ahora a punto de recuperar su fama perdida, encontrándose en la fase de recuperación económica, beneficiando de asistencia especial para regiones pobres. Ya se han dado los primeros pasos hacia la mejora agrícola: los viñedos producen vinos famosos, bien conocidos también al extranjero (Murfatlar, Ostrov, Niculițel y Curtea Regală / El Corte Real).

La teoría bastante arriesgada, según la cual, hace 7000 años, el área del Ponto Euxinus (como se  llamó una vez el Mar Negro) habría sido el escenario del legendario diluvio bíblico, no está confirmada, pero es cierto que previamente el nivel del mar fue más bajo que ahora. Aparte de los vestigios arqueológicos a la vista de las colonias griegas Histria, Callatis y Tomis y de las localidades romanas Troesmis, Carsium, Dinogetia, Argamum, Capidava, Halmyris, Noviodunum, Enisala, Tropeum, las imágenes de satélite muestran la presencia de al menos cuatro grandes ciudades antiguas situadas bajo el nivel del mar, a poca profundidad (no más de 12 m, ¡aviso a los amantes del buceo!).

El Mar Negro, hidrológicamente un remanente del Mar de Sármata, tiene características únicas en el mundo. La falta de corrientes verticales hace posible una estratificación de las aguas que produce condiciones anaerobias en la profundidad, permitiendo así el desarrollo de varios biotopos y de una fauna única, incluyendo especies reliquia. Sin embargo, el elemento de singularidad más importante sigue siendo la baja salinidad. Con un promedio de 16-18 gramos de sal por litro (para hacerse una idea, otros mares y océanos registran niveles de sal de 34-37 ‰), ¡el Mar Negro es la mayor cuenca de agua salobre del mundo!

Además del agua dulce del Danubio, bajo la parte noroeste del Mar Negro se descubrió una importante fuente de aguas subterráneas que se agrega al agua ya bastante diluido. ¡Si estuviera en la superficie, este corriente formaría un río que sería el sexto más grande del mundo!

El poder económico de la zona está debido principalmente a la industria que gira en torno al puerto de Constanța, el sexto de Europa en volumen de mercancías. En segundo lugar contribuye el turismo de verano, favorecido por el cálido clima con matices mediterráneos. La industria de extracción y procesado del petróleo tiene en esta área una tradición más larga que la de los Estados Unidos (desde 1857). Sorprendentemente similitudes se ven evidenciadas aquí entre California y Rumanía (los campos de extracción se hallan al lado de las playas). También es corta la distancia entre aglomeraciones urbanas y localidades con un modelo de vida casi arcaico (otra analogía con la Costa Pacífica de América del Norte).

La pesca es la principal fuente de ingresos en el Delta del Danubio, pero también el ecoturismo. El 40% de los complejos turísticos de Rumanía se concentran en la zona del Mar Negro. Tanto las localidades turísticas (Mamaia, Eforie Sud, Eforie Nord, Mangalia, Costinesti, Olimp, Neptun, Júpiter, Aurora, Venus, Saturno, Vama Veche) como la maravillosa Reserva Natural del Delta del Danubio merecen una descripción separada, quizás, en una próxima ocasión…

No solo exóticos pelícanos se pueden admirar en la Reserva de la Biosfera UNESCO Delta del Danubio (igual como en el valle del Nilo), tambien el mayor parque eólico  europeo marca el paisaje desde el punto de vista medioambiental. En conclusión, Dobrogea es una de las regiones naturales más notables de Europa, componente clave del patrimonio natural de Rumanía y del mundo entero.

Su encanto ha inspirado a muchos escritores, comenzando por el antiguo poeta Ovidio y llegando hasta Elias Canetti. „Dobrogea es nuestro rincón de Asia”  ha dicho el gran hombre de cultura rumano, Nicolae Iorga.

Gabriela Calutiu Sonnenberg

Foto: pixabay.com